¿Sabes ese momento en el que te metes en la cama y sientes un escalofrío? Pues en Manterol llevamos años trabajando para que eso no suceda.
Nuestra mayor preocupación es que irte a dormir en invierno sea la experiencia más placentera de tu día y que cuando suene el despertador al día siguiente no quieras salir de la cama. (Sí, somos culpables de eso)
Nuestras sábanas de invierno son puro amor y por eso merecen un blog dedicado a ellas. Hoy te hablamos de la franela: el clásico que nunca falla. Son unas sábanas calentitas pero transpirables.
¿Nuestro secreto? Utilizamos la franela de máxima calidad y así obtenemos de ella los beneficios esperados. Son 100% algodón, muy suaves, afelpadas, gruesas y duraderas. ¡Por algo son el producto más demandado durante el invierno!
Si entras en nuestra web verás que tenemos diseños para todos los gustos. Por ejemplo, estas sábanas tienen un delicado patrón de rayas y suaves flores en el embozo. Su tacto es extremadamente gustoso y sus colores pastel dulcificarán cualquier ambiente.
También tenemos estas otras más juveniles. Su textura, como las anteriores es puro placer al tacto, y del diseño ¿Qué te vamos a decir? son las más vendidas. Están disponibles también en azul, lo que las convierte en un ideal para habitaciones de niños, adolescentes y adultos amantes del estilo minimalista urbano.
Si prefieres algo más relejado podrás encontrar diseños semi-lisos: como este delicado patrón que imita las texturas más cálidas de la naturaleza. Lo mejor es que, además de en gris, está disponible en varios colores: beige, azul, nude y turquesa. Van a quedar genial sea cual sea la ropa de cama que utilices.
Si eres friolero/friolera nivel pro no puedes dejar pasar el invierno sin probar a acurrucarte en unas sábanas de franela Manterol. Vas a dormir feliz, a descansar como si el frío no existiese y a levantarte con el placer que solo te deja haber pasado una noche perfecta.
Estoy pensando en pedirme una sábana caliente para Nochevieja. Hay que complacerse incluso con las pequeñas cosas.
Dormir en una sábana calentita es el mayor de los placeres, di que sí 😉