La cama: la reina del dormitorio

La cama: la reina del dormitorio

Es la pieza central, lo más importante de nuestra habitación y la mejor recompensa después de un largo día de trabajo.

Cuidar su aspecto siempre es una buena inversión ya que ensalza el resto de la estancia y nos aporta el confort reparador que tanto necesitamos.

Por ello, hoy te vamos a contar todas la claves para que tu cama sea tan apetecible como la del mejor hotel.

En primer lugar, debemos rodearnos de materiales de calidad. ¿Conoces la expresión “dormir entre algodones”? Pues literal: hazte con un set de sábanas 100% algodón. Compuesto de bajera ajustable y encimera.

Al colocar la sábana encimera debemos dejar aproximadamente unos 50 centímetros de sobrante en la parte superior de la cama para poder doblarlo por encima del nórdico o de la colcha. Además de resultar cómodo, sumará un toque de elegancia al resultado final.

Para recoger y situar bajo del colchón todo el sobrante de la sábana encimera seguimos el método Hospital Corner:

Se llama así a la técnica que se emplea para doblar las esquinas de la cama. Como su nombre indica, se creó en los hospitales, pero ya hace muchos años que los hoteles también la han incorporado. Es una manera fantástica para evitar el aspecto arrugado que se produce al intentar encajar la sábana en estos ángulos.

Mete las esquinas inferiores de la sábana encimera y deja que cuelgue el centro. Después, haciendo un pequeño doble mete la parte central. El resultado es un aspecto que se asemeja al de un regalo envuelto.

El siguiente paso será el cubrecama. Durante la primavera utilizaremos la colcha, si estamos en invierno utilizaremos un nórdico, un edredón o un comforter. Es muy importante utilizar las medidas adecuadas: lo ideal es que llegue al suelo, sin llegar a arrastrar.

Si tienes una cama con bañera o cajón puedes meter la colcha bajo del colchón siguiendo un minimalista.

Llegamos a la última parte: los cojines. Este es, sin duda, el momento de dar rienda suelta a tu creatividad.

Utiliza varios, cuantos más utilices más categoría le darás al conjunto. Combina diferentes texturas, formas y tamaños. Coloca las almohadas detrás y luego los más pequeños y decorativos más hacia delante. Estarás tan enamorado de tu cama que te dará pena deshacerla cuando llegue la noche.

Aquí viene la guinda del pastel: coloca plaids o mantas a los pies de la cama, extendido de lado a lado, doblado, enrollado o con un toque casual. Tú eliges.

Por último, hazte con una banqueta acorde al estilo de tu habitación y colócala a los pies de tu cama. No solo te servirá de descalzador, sino además tendrás un sitio donde dejar los cojines y cuadrantes cuando vayas a dormir.

¿A que, por una vez en tu vida, mueres de ganas por hacer la cama?

 

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