Es la pieza central, la reina de nuestra habitación y la mejor recompensa después de un largo día de trabajo.
Descuidar su aspecto podría hacer desmerecer el resto de la estancia e incluso dejar de aportarnos el confort reparador que solo una buena cama puede proporcionar.
Por estas razones, hoy compartimos contigo las claves para que sea tan apetecible como la del mejor de los hoteles.
En primer lugar, debemos rodearnos de materiales de calidad. ¿Conoces la expresión “dormir entre algodones”? Pues literal: hazte con un set de sábanas 100% algodón. Compuesto de bajera ajustable y encimera. Las medidas deben ser adecuadas (¡atención! Esto es muy importante)
Al colocar la sábana encimera debemos dejar aproximadamente unos 50 centímetros de sobrante en la parte superior de la cama para poder doblarlo por encima del nórdico. Además de resultar cómodo, sumará un toque de elegancia al resultado final.
Para recoger y situar bajo el colchón todo el sobrante de la sábana encimera seguimos el método Hospital Corner:
Se llama así a la técnica que se emplea para doblar las esquinas de la cama. Como su nombre indica, se creó en los hospitales, pero ya hace muchos años que los hoteles también la han incorporado. Es una manera fantástica para evitar el aspecto arrugado que se produce al intentar encajar la sábana en estos ángulos.
Fíjate, mete las esquinas inferiores de la sábana encimera y deja que cuelgue el centro. Después, haciendo un pequeño doble mete la parte central. El resultado es un aspecto que se asemeja al de un regalo envuelto.
Superada la primera parte, llegamos al nórdico, éste debe ser también a medida. Lo ideal es que llegue justo al suelo, sin llegar a arrastrar.
Puedes tener dos fundas nórdicas e ir jugando con ellas o cubrirlo con una colcha. Con esto parecerá que estrenas dormitorio cada semana.
La colcha se coloca por encima del nórdico para conseguir esa sensación de firmeza gracias al efecto capa sobre capa.
Llegamos a la parte más creativa: los cojines y almohadas: los cuadrantes son perfectos para los momentos de lectura. Cuando hagas la cama, colócalos detrás de todo. Luego, las almohadas y, delante, otros cojines primero lisos y luego los más pequeños y decorativos delante.
Coloca Plaids y mantas a los pies de la cama, extendido de lado a lado, doblado, enrollado o con un toque casual. Tú eliges.
Por último, hazte con una banqueta acorde al estilo de tu habitación y colócala a los pies de tu cama. No solo te servirá de descalzador, sino además tendrás un sitio donde dejar los cojines y cuadrantes cuando vayas a dormir.
¿A qué, por una vez en tu vida, te mueres de ganas por hacer la cama?