¿Cuántas veces te ha pasado que al cambiar las sábanas has visto unas horribles manchas amarillas en la funda de tu amohada?
¡Qué horror! con el gusto que da tener toda la ropa de cama de un blanco impoluto. También te decimos que es normal, esta funda es la que protege a tu almohada del exterior y del uso que le damos, por ello suelen impregnarse de sudor y saliva, entre otros.
Suele pasar que, sin darnos cuenta, dejamos que esta pieza fundamental sea la gran olvidada de la cama, ya sea por prisa o por descuido.
¿Y qué pasa si cuando nos percatamos de esas manchas amarillentas ya no tenemos herramientas para resucitarla?
No te preocupes, hoy te traemos unos tips para dejarla como nueva. Aprovecharemos estos magníficos días de calor y sol para lavarlas bien y a partir de hoy cuidarla tanto como se merece.
Además lo vamos a hacer con productos ecológicos y sin lejía. Así sus cualidades se mantendrán por mucho más tiempo.
¿Qué necesitas?
- 2 cucharadas de percarbonato de sodio
- 100 ml de zumo de limón
- Agua caliente. (máximo 30ºC).
- Guantes para proteger tus manos.
Paso a paso
- Paso 1. Ponemos en un barreño 1,5 litros de agua caliente, el percarbonato de sodio y el zumo de limón.
- Paso 2. Removemos bien y saldrá una espuma blanca.
- Paso 3. Dejamos la funda a remojo 30 minutos.
- Paso 4. La escurrimos y la lavamos en la lavadora con nuestro detergente habitual. ¡Ojo! añadiremos 2 cucharadas de percarbonato de sodio en el tambor.
- Paso 5. Una vez lavada, tenderemos la funda a la sombra para que no amarillee.
Este proceso lo puedes realizar con toda tu ropa blanca, ya sea la funda de almohada, las sábanas o las toallas.
De todas formas, si quieres un último consejo para no tener que llegar este punto: el mejor remedio es la prevención, Puedes lavar tu funda de almohada una vez a la semana con el resto de las sábanas. De esta forma lucirá blanca y no aparecerán las temidas manchas amarillas.