La percepción que tenemos respecto de la temperatura ambiente puede variar sensiblemente en función de la variedad cromática de la cual nos rodeemos. Los colores pasteles, crudos y blancos son mucho más recomendables para la época del año que ahora entra, en la que los termómetros se disparan y tanto nosotros, como los pequeños, tenemos que soportar altas temperaturas. Además, descargar visualmente las estancias donde pasemos más tiempo nos producirá una importante sensación de desahogo, a la vez que permitirá que esos golpes de brisa, tan codiciados en esta época del año, circulen con mayor fluidez y acrecentarán esa tan deseada sensación de frescor.
En este sentido, los textiles para el hogar ofrecen una fácil y económica forma de amortiguar este impacto, a la vez que nos permite dar un soplo de aire fresco renovador en cada una de las estancias de nuestro hogar o segunda residencia. Elegir tonos suaves, con motivos armónicos y poco recargados, ayudarán a favorecer esta sensación. El predominio del blanco será sin duda siempre la mejor opción.
El blanco es el símbolo de la paz, tranquilidad, pureza, luz, relax… es decir, se trata de un color optimista. Es ideal en espacios reducidos dado que da sensación de amplitud o aumenta la luminosidad.
Además al ser un color neutro puede ser mezclado tranquilamente con cualquier otro color. Para decorar solo tenemos que tener cuidad con no usarlo excesivamente y combinarlo con otros colores, sino convertiriamos el ambiente en monotono y exhaustivo.
Algunos de los colores con los que podemos combinarlo serían:
-Colores vivos, dando energía y vida al ambiente.
-Con el negro, siendo un clásico de la decoración, creando un espacio moderno y elegante.
-Con colores fríos, ideales para la casa de playa y en espacios de descanso por sus características relajantes.
-Con colores cálidos, ideales para cocinas y comedores. Los tonos rosados son más apropiados para dormitorios.
En blanco puede ser usado en cualquier ambiente de la casa:
Con respecto al living, o lo que es lo mismo, el salón, la actuación principal se centra en el sofá. Telas en tonos crudos o blancos a modo de cubresofá y renovar los cojines decorativos adaptándolos al nuevo escenario, son algunas de nuestras sugerencias. Como detalle, un plaid decorativo muy fino, como toque especial, para esas noches de verano en las que nuestros pies agradecen unos minutos de cobijo.
En el baño, los juegos de toalla, alfombrillas de baño y albornoces en tonos blancos nos brindan una magnífica oportunidad de aportar ese toque fresco tan necesario.
Por último, y con respecto a la cama, optar por productos finos como colchas y obviamente sábanas es la opción idónea. Tonos blancos, donde los toques de color los aportan los cojines decorativos, algún plaid colorido y algún acabado especial (ribetes, apliques, bordados, etc.) que lleve la propia colcha. Los cojines son muy útiles para aportar ese toque de color y decoración, pero sobre todo concentrados en la cabecera de la cama, nunca más allá del embozo de la colcha, dejando descargada lo que es toda la tapa de la cama, ayudará a aportar esa sensación de limpieza y descarga que buscamos aportar.
