Todos hemos estado alguna vez en esos hoteles que tienen unas camas tan increíbles que luego la de nuestra casa parece la hermana fea. Las mantas, las sábanas, la colocación de los cojines, el tipo de tejidos… Algo que parece de estilista y que creemos que no podremos repetir en nuestro hogar es más fácil de lo que podríamos pensar, pero necesitamos poner un poco de atención.
Lo primero que debemos saber es que una cama bien vestida no tiene unas reglas fijas. Podemos adaptar todo a nuestro gusto, seguir las tendencias de la moda o intentar crear un ambiente romántico o clásico, ¡todo depende de nosotros! Por ello tomad nuestros consejos y adaptadlos al tipo de dormitorio que queréis tener en casa.
Lo primero de todo y que mejor suele funcionar es escoger unas sábanas de color liso. Blancas, grises o beige serán el complemento perfecto para el resto de elementos de la cama y así, seran tanto punto de descanso para la vista como contrapunto entre los distintos tejidos y colores.
Una vez hemos elegido el color base, podemos decidir qué otros tonos y estampados van a acompañar. Las posibilidades evidentemente son infinitas. Podemos mantener un color semejante a las sábanas con el nórdico o directamente, inclinarnos por un estampado potente en esa colcha y que el resto de elementos lo suavicen todo.
Desde Manterol os recomendamos un nórdico o edredón con funda más bien neutro, para acompañarlo con una o varias manta de diferentes texturas a los pies de la cama. ¿Para qué dos o tres mantas? Muy sencillo. Lo primero, porque quizás queramos dormir la siesta o leer un rato en la cama sin deshacerla.
Y lo segundo, porque queda preciosa, ¡esa es la verdad! Si podemos, elegir un tejido que resalte o tenga cierta textura a pelo, a punto o acolchado, mucho mejor. En el color también podemos arriesgar y escoger uno de los tonos oscuros de la paleta que hemos decidido con anterioridad.
Un detalle importante, la manta que elijamos para los pies de la cama no tiene porqué estar perfectamente colocada y enganchada al colchón. Podemos dejarla caer, colocarla de lado o superponer una con otra sin mucha intención. Darán mayor efecto cálido y confortable.
Después viene una de nuestras partes favoritas, ¡los cojines! Os recomendamos que compréis dos enormes, a ser posibles de una tela suave y confortable. Después, tres o cuatro medianos, cuadrados o alargados y un par con alguna forma más desenfadada, como redondo o con mensaje, ¡eso ya va a vuestro gusto!
Podemos colocar los dos grandes detrás, rectos y delante, ir colocando un poco más desordenados los cuadrados. No es necesario que todo esté muy cuadriculado. De hecho, el efecto que queremos conseguir es que de ganas de lanzarse sobre la cama, no de tener miedo de deshacerla.
¿Qué os parece? ¿A que no ha sido tan difícil? Si seguís nuestros consejos para vestir la cama, nos encantará ver los resultados.