En interiorismo, el color tiene un papel esencial. Éste se mimetiza con nuestro estado de ánimo y ayuda a que nuestras estancias se conviertan en el mejor lugar donde podemos estar.
Cuando cambiamos de estación, sin darnos cuenta, hacemos una transición tanto en los tejidos como en las paletas de colores que utilizamos. Con estos pequeños gestos conseguimos que nuestro hogar sea más acogedor.
Nuestra propuesta para este invierno es un tándem con infinidad de matices: los colores borgoña y nude. Esta combinación romántica creará rincones cálidos con mucho estilo.
El color borgoña promueve el confort y la conversación, dulcificado con diferentes tonos de rosa nude y maquillaje será toda una inspiración para decorar tus estancias.
No te estamos hablando de cambiar toda la decoración, basta con algún elemento clave. Por ejemplo, podemos introducirlo con complementos, como mantas y cojines y así crear un ambiente envolvente.
Este rojo invernal tiende ligeramente a violeta, como el color que adquieren los vinos de Burdeos a medida que envejecen. Una tonalidad que fácilmente puede combinarse también con blancos y tonos suaves naturales. De hecho, esta es la clave de que la combinación resulte tan majestuosa, pues los colores neutros son tranquilos, limpios y elegantes. Y, por ello, inspiran sensaciones muy acogedoras en los fríos días del invierno, sobre todo cuando lo que apetece es abrigarse y relajarse.
Mezcla y combina los tonos neutros en tu decoración implementando otros materiales y tendencias invernales, como estampado de rayas, cuadros o materiales mullidos.
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